Rocío Wittib. Seis poemas

Rocío Wittib

imprescindible no es la dirección

el camino ni el mapa

la geografía resulta solo un accidente

para quien se busca y sospecha

que distancia no significa kilómetros

tampoco el destino importa

porque nunca se está en un lugar preciso

sino constantemente en una frontera

entre la desesperación de ser

y el anhelo de resistir

no hay más dónde que uno mismo

ni más herencia que las costumbres a las que pertenecemos

importante es aprender al menos un camino de vuelta

a donde nos espere una ventana para mirar al horizonte

imprescindible apenas un verso y toda su nostalgia

cuando acaba febrero y la nieve de una ciudad

que podría ser cualquiera nos recuerda quiénes somos


deberías ya comprender

que no basta

       ser

            ni estar

                   ni quedarse

cuando la piel que busca piel en su deriva

solo alcanza un suspiro vano

que no sabe morir

y con nada puede matarse


vivir es como estar a un lado del puente

      y no saber que al otro lado

   el puente ni siquiera existe


otra vez miras el mundo como si fuera demasiado tarde

te preguntas si el tiempo es una respuesta

y aceptas la duda del tal vez como consuelo

has aprendido a renunciar siempre a algo

pero sobre todo a renunciar a ti mismo

por eso huyes del deseo como un animal herido

te refugias en la certeza fiel de alguna rutina

y procuras olvidar que pronto volverá a caer la noche

otro día se irá aunque prefieras no ver cómo se apaga el sol

también a eso aprendiste a renunciar

porque sabes que ahí donde es difusa la luz

es exacto el sentimiento


esto que no vimos llegar

esto de lo que no saldremos ilesos

esto que arde y que un día también será cenizas

esto salvaje y dulce -¿sientes como ruge y te acaricia a la vez?

esto que aprendimos a querer y sin embargo duele

esto que se apropia de todas las palabras igual que el silencio

esto que nos hace cómplices y culpables y víctimas

esto que torpemente consuela el vacío la soledad la vida

esto que no descansa que nos acorrala que nos mira con recelo

esto que es una guerra en la que estamos condenados a rendirnos

esto la herida y la verdad


el mar huye en dirección contraria a lo que escribo

a lo lejos una orilla en la que nadie me espera

aquí mismo la eternidad de una palabra

que no cabe en lo fugaz de una vida

quiero decir mil veces todavía estamos a tiempo

como si el mundo tuviera orden comienzo final

como si existir no fuera irremediable y nos bastara


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